AMÉRICA LATINA
¿Hacia una paz armada hasta los dientes?
SERVICIOS INTERNACIONALES
15/09 EFE
Preocupa la carrera armamentista y la militarización en la región. Analistas esperan que UNASUR fije una postura hoy en Quito
MÉXICO. El acuerdo de uso de bases militares de Colombia por Estados Unidos, el acuerdo de cooperación armamentistica entre Brasil y Francia y la compra venezolana de equipamiento bélico suponen una etapa de rearme y militarización en América Latina, que se espera debatan hoy los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en Quito, Ecuador. La preocupación ante las señales regionales de armamentismo y militarización fueron expresadas en el marco de la 62 Conferencia Anual para las Organizaciones No Gubernamentales vinculadas al Departamento de Información Pública de la ONU, celebrada la semana pasada en la capital mexicana.“Se está dando un proceso de modernización del parque existente, en un movimiento que no es bueno para la región. Y es un momento en que no hay confianza entre los países”, dijo a IPS el venezolano César Marín, delegago de la Red de Acción Internacional contra las Armas Pequeñas.“La compra de armas es un peligro, y se ve un resurgimiento del militarismo en la región en países como Colombia, México, Brasil, Chile y Venezuela”, planteó la argentina Paula Cellone, representante de la Asociación para Políticas Públicas, dedicada a promover el control de armas.
PACTO ENTRE BRASIL Y FRANCIA
La semana pasada, los gobiernos de Brasil y Francia cerraron un pacto de cooperación y transferencia de tecnología militar estimado en 12,500 millones de dólares, que incluye la compra brasileña de cinco submarinos, uno de ellos nuclear, de 50 helicópteros de transporte y posiblemente también de 36 aviones caza.Brasil ha dicho que su acuerdo con Francia tiene el objeto de proteger sus recién descubiertas riquezas petroleras y que la propulsión nuclear para uno de los submarinos no traspasa los límites del uso pacífico de esa energía.‘
MODERNIZACIÓN’ EN VENEZUELA
En julio, Caracas anunció que modernizaría su arsenal de viejos tanques de combate, adquiriendo nuevos aparatos a Rusia.En los últimos cinco años Venezuela ha comprado aviones, helicópteros, fusiles y otros equipos rusos por varios miles de millones de dólares.Y un nuevo acuerdo bilateral amplió esa relación a una cooperación con intercambio de tecnología, maniobras conjuntas y contactos militares más estrechos.Tras su reciente viaje a Moscú, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reveló que Rusia le otorgó un crédito por 2,200 millones de dólares para la compra de más armamento.El nuevo arsenal incluye 92 tanques T-72 y “un poderoso sistema antiaéreo” con un número no revelado de cohetes “reactivos”.El pasado 5 de agosto, Chávez confesó no querer “gastar un centavo en armas”, pero agregó que Estados Unidos obliga a ello, entre otras cosas por la supuesta amenaza que presenta ante Venezuela la presencia militar estadounidense en Colombia.“No tenemos planes para estar invadiendo o agrediendo a nadie”, dijo Chávez en su programa “Aló Presidente”, pero agregó, deben saber que “pronto empezaremos a montar, en los llanos, en las montañas y en las costas, incluso bajo tierra, cohetes de estos” con sus respectivos radares.
ACUERDO COLOMBIA - EEUU
A pesar de las nuevas armas de Brasil y Venezuela, el acontecimiento que más inquietud ha traído a la región fue el pacto entre Bogotá y Washington por el cual Colombia cede el uso de al menos siete de sus bases militares a fuerzas estadounidenses, lo que dará al país norteamericano un notable poder estratégico de control y movilidad en el continente.Irónicamente, el único conflicto armado de América Latina es de carácter interno y se desarrolla desde 1962 en Colombia, con guerrillas izquierdistas enfrentadas al ejército y a grupos paramilitares de extrema derecha.Estados Unidos y Colombia han dicho que el único propósito de su acuerdo es combatir al narcotráfico y a las FARC. Pero organizaciones no gubernamentales y gobiernos vecinos, liderados por Chávez, creen que el propósito de esa nueva presencia militar es mucho mayor y puede amenazar la soberanía e integridad de todos los países de la región.
LO QUE SE ESPERA DE UNASUR
Oficiales de Venezuela y Caracas han expresado su interés en que todos los acuerdos militares de la región sean discutidos en la reunión de Unasur hoy en Quito.“Que todo el mundo ponga la baraja sobre la mesa. ¿Usted tiene un acuerdo con Rusia? Bueno, póngalo sobre la mesa. ¿Usted con Estados Unidos? Póngalo sobre la mesa”, dijo el el embajador de Venezuela en Colombia, Gustavo Márquez Marín, en una entrevista publicada este domingo por el diario El Tiempo , de Bogotá.La posición venezolana coincide con la de Colombia, expresada recientemente por el canciller Jaime Bermúdez, quien dijo que en Quito deben tratarse “todos los asuntos” relativos al área de defensa en la región, y no solo el acuerdo entre Colombia y EEUU.Para otros, sin embargo, la discusión debería centrarse en por qué hay la necesidad de armarse en primera instancia.El ex presidente colombiano Andrés Pastrana se preguntó ayer contra quién se arman algunos países del continente. “Si efectivamente lo que estamos buscando es armarnos, ¿armarnos contra quién?, ¿contra nosotros mismos?”, se preguntó luego.Y como él piensan muchos, incluyendo al periodista argentino Andrés Oppenheimer, quienes cuestionan, al margen de una reunión para declarar un “zona de paz”, una carrera armamentista para cual los países de la región no tienen ni las razones ni los recursos.
‘ESCÁNDALO’
Andrés Oppenheimer calificó de “escándalo absoluto” la carrera armamentista emprendida por algunos países de Latinoamérica y enfatizó que el gasto militar en la región aumentó en los últimos cuatro años en “casi el cien por ciento”.“Hay más muertos en una boda mexicana que en una guerra sudamericana”, así que es “absurda una carrera armamentista”, expresó Oppenheimer a Radio Programas del Perú (RPP).El columnista de The Miami Herald y director del programa de televisión "Oppenheimer presenta" relató que un alto funcionario, cuyo nombre no reveló, le dijo que para los Gobiernos “es mucho más fácil comprar armas que hacer un proyecto de integración ferroviaria que toma cinco años”.EFE
martes, 15 de septiembre de 2009
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